Ayer ví a mi amiga la dentista, cada vez que la veo me da pena sonreir, o peor aún reirme a carcajadas. Pienso que se ha de fijar en mis dientes. Capaz, y se le sale, que ya me toca cita. Al comentarle esto me dice, -si, es inevitable observar la dentadura de la gente. Pero no te apures, a menos que tuvieras un serio problema te haría el comentario-. Menos mal.
Con mi amigo el abogado, trataba de no hablar mucho de política o términos jurídicos, la verdad, me encanta aprenderle lo que tenga que ofrecer. Luego, al surgir mas confianza, pues de plano le pregunto cual es el término para cierta situación con divorcio, bienes, etc. Lo quiero mucho, el se toma su tiempo en explicarme con paciencia detalles de todas mis dudas. Lo mejor de todo, es que no me cobra la consulta.
Luego me toca que algunos de mis estimados amigos escritores, a quienes quiero y admiro mucho, me dijeron que notan algunos errores ortográficos en mis postings. Pero, dicen, -no te apures a nadie le importa- jajaja.
Bueno, a mi tampoco me importa si veo que en sus casas tengan una mala distribución de muebles, o una mala organización de espacios. O que los hijos hagan la tarea a deshoras, o se involucren poco en las tareas escolares de los niños.
Imagínate con mi hna. la psicóloga. Noooo, pues ahí si, procuro mejor por encimita, no sea que me recete el manicomio de plano.
A todos mis estimados amigos y amigas profesionistas, me parece fabuloso todo lo que podemos compartir, y como me dijo alguien una vez. Me gusta mucho ser adulto. Que interesante es que cada quien en su rama siga preparandose y creciendo. Que chingon es conectarnos y armar la sociedad. Es muy padre la camaraderia, y ayudarnos sin fijon.
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