Hace tiempo me enteré, con gran sorpresa de mi parte, de una persona que me lee. Me pregunto si lo hace con el afan de mantenerme cerca o por saber si escribo de el. O peor aun, por cuidarse de no ser descubierto. Ja! eso a veces me causa risa. Admito que al principio me mortificó un poco. Luego me hizo sentir importante, ahora me provoca risa. Me causa gracia saber que algunos se tienen que cuidar o temen ser involucrados en una situacion penosa. Eso de dar explicaciones es muy comun en los hombres, y mas comun en las mujeres creerles. Ach, mujeres, como insistimos en atribuirnos la vida entera. No me gusta pensar que tengo un secreto que le pertence a otra persona, me molesta tener que actuar en complicidad, y mas si me afecta en cierto modo. Me insisto y me repito a mi misma lo siguiente: Deja ser, deja ir. Me preocupa que un dia de estos me venga valiendo y pum! dejo caer la bomba. Total, si ya se habia desmontado el terreno una vez, no pasa nada por sacar la hierba de una vez por todas. Luego pienso, pobre tierra con tanto peso encima de siembras pasadas. Habria necesitad de voltear y ver las flores silvestres por otro lado, si, atravezando la vereda.
Lo ultimo que quiero es hacer daño. Un dia de estos platicaré mas.
Pasando a otra cosa...
He tenido unos dias de lo mas pesados. Las complicaciones parecieran aparecer de los lugares menos esperados. No es posible que se envasen tantas contrariedades en una sola botella y dejarlas salir todas juntas en cuestion de horas. ¿Donde está el compañero cuando se le necesita? Creo que con tener a algunos de mis verdaderos amigos cerca sería suficiente. Tal vez me mal acostumbré a los apapachos de esos que valen la pena.
Se me hace que este será mi ultimo año lejos de casa. Aunque empieza el año escolar, y yo con propositos nuevos, como si fuera enero, me siento agobiada por que la gente aquí, pareciera no tener alma, ni sentidos completos.
A la madre! mañana es lunes. De los 365 dias del año, es el dia mas pesado, mas dificil, y mas emocionante. Se combinan muchos sentimientos revuletos sin pies ni cabeza. Lo malo es que esos sentires, comienzan alrededor de las siete de la noche de hoy. Son las dos cuarenta y tres. Me quedan cuatro horas de sanidad mental. Mañana, a las siete de la noche. Estaré acostada en mi cama, ya con todo listo para el martes. Tal vez, hasta prenda la tele, y olvide el dia que ya habrá pasado. Solo para saber que este dia no vuelve sino hasta dentro de 364 dias. Eso si me quedo. Es reconfortante saberse con opciones.
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